Entrevista para el Rincón de la Novela Romántica (primer portal en lengua española especializado
exclusivamente en novela romántica que fue creado en el año 2002).
http://www.rnovelaromantica.com/
Con
motivo
de
la
publicación
del
libro
de
Covadonga
López
Iglesias,
El
último
pitillo,
hemos
querido
contactar
con
su
autora
para
que
nos
hable
de
su
obra
y
nos
cuente
de
primera
mano
los
entresijos
de
esta historia.
¿Qué nos puedes contar sobre la trama de este libro?
La
novela
se
desarrolla
en
varias
ciudades
alemanas.
Comienza
en
Marburgo,
una
pequeña
ciudad
en
el
estado
federado
de
Hesse
donde
se
encuentra
la
más
antigua
de
las
universidades
protestantes
del
mundo.
Allí
habita
la
primera
de
las
protagonistas,
Sofía
,
con
su
marido
(Robert)
y
su
hijo
(Moritz).
Junto
a
Robert,
con
el
que
lleva
casada
desde
su
época
universitaria,
Sofía
regenta
la
panadería
que
heredó
de
sus abuelos.
Su
vida,
carente
de
emociones
fuertes
y
positivas,
dista
mucho
de
aquel
futuro
prometedor
y
exitoso
que
ella
se
había
imaginado
cuando
cursaba
los
estudios
de
la
carrera.
A
pesar
de
que
en
el
fondo
reconoce
que
debería
valorar
lo
que
tiene,
varios
golpes
del
destino
la
han
convertido
en
una
mujer
algo cínica y sarcástica.
Es
por
este
motivo
que
Sofía
a
veces
experimenta
esa
necesidad
imperiosa
e
incontrolable
de
evadirse
de
su
pasado,
adaptando
la
identidad
de
una
mujer
libre
y
sin
ataduras
y
olvidándose
así
de
sus
obligaciones y tragedias.
A
medida
que
avanza
la
novela,
los
lectores
empezarán
a
conocer
más
detalles
sobre
las
circunstancias
que
han
provocado
que
Sofía
se
haya
transformado
en
esa
persona
con
un
carácter
ligeramente
mordaz
que es ahora.
La
historia
continúa
en
Hamburgo,
donde
vive
la
segunda
de
las
protagonistas,
Suzanne
.
A
pesar
de
tener
32
años,
Suzanne
sigue
siendo
toda
una
niña
de
papá.
En
realidad,
no
tendría
necesidad
alguna
de
trabajar,
pero
lo
hace
porque
le
apasiona
el
mundo
de
la
moda.
A
diferencia
de
Sofía,
Suzanne
es
soltera,
y
su
otra
gran
pasión
es
la
búsqueda
inexorable
de
su
príncipe
azul,
que
cree
encontrar
en
su
vecino
Philipp
del
que
se
enamora
perdidamente.
Suzanne
ingeniará
mil
y
un
planes
para
conseguir
que
su amor sea correspondido.
La
tercera
protagonista,
Christine
,
vive
en
Berlín.
Motivada
por
una
tragedia
sufrida,
Christine
se
licenció
en
Medicina.
Mientras
trabaja
como
internista
en
una
clínica
privada,
sueña
con
el
día
en
el
que
le
concedan
un
puesto
en
el
célebre
Instituto
Robert
Koch,
donde
investigar
sobre
la
vacuna
capaz
de
erradicar
el
terrible
virus
del
Ébola
que
le
arrebató
a
su
madre
cuando
ella
apenas
era
una
adolescente.
No
obstante,
Christine
conocerá
a
alguien
en
la
clínica
que
le
trastocará
todos
sus
planes
y
que
le
hará
plantearse
si
lo
que
ella
siempre
había
creído
que
debía
hacer,
es
lo
que
realmente
le
reportara
la
felicidad buscada.
En
Frankfurt
vive
Ana
,
la
última
protagonista.
Ana
estudia
Ciencias
Políticas
y
aunque
también
tiene
grandes
ambiciones
de
llegar
a
ser
alguien
importante
en
esta
vida,
no
dedica
todo
su
tiempo
a
estudiar.
Pese
a
que
en
un
primer
momento
parezca
que
la
novela
narre
la
historia
de
cuatro
chicas
jóvenes
que
no
tienen
nada
más
en
común
que
las
ganas
de
divertirse
y
sus
grandes
proyectos
profesionales
durante
su
juventud,
a
medida
que
avanza
la
historia,
graciosas
anécdotas
irán
revelando
a
los
lectores
un pasado común de las cuatro protagonistas.
Al
igual
que
en
el
resto
de
historias
dentro
del
género
chick
lit,
la
búsqueda
del
hombre
perfecto
es
la
constante
en
"El
último
pitillo",
pero
también
otros
valores
como
la
amistad
entre
mujeres
juegan
un
papel muy relevante en mi novela.
¿A qué tipo de lectores románticos va dirigida?
Mi
novela
está
dirigida
principalmente
a
mujeres
entre
los
veinte
y
cuarenta
años,
independientes,
modernas,
trabajadoras
y
desinhibidas
en
la
cuestión
del
sexo.
Me
refiero
a
aquellas
mujeres
que
se
ven
obligadas
a
lidiar
diariamente
con
las
contrariedades
y
el
estrés
que
surge
de
compaginar
simultáneamente el área laboral con la vida personal a la vez que buscan la pareja sentimental soñada.
Sin
embargo,
pienso
que
cualquiera
que
quiera
pasar
un
buen
rato
puede
leer
mi
novela,
ya
que
mi
libro,
además
de
divertidísimo,
es
ingenioso.
Y
si
se
lee
con
la
atención
con
la
que
me
gustaría
lo
leyeran mis lectores, tiene un mensaje nada banal de fondo.
¿Cómo describirías a sus protagonistas?
Sofía
es
la
protagonista
a
la
que
el
destino
ha
tratado
peor.
Es
quizás
por
ello
que
Sofía
sea
la
más
madura
de
las
cuatro.
Está
dividida;
en
el
fondo
sabe
lo
afortunada
que
puede
sentirse
con
la
segunda
oportunidad
que
la
vida
le
ha
concedido.
Pero
por
otra
parte,
es
incapaz
de
demostrarle
a
Robert
su
amor o su satisfacción por lo que ambos poseen.
Suzanne
tiene
el
carácter
más
despreocupado
de
las
cuatro:
es
divertida,
soñadora
y
aunque
va
a
su
aire,
en
el
fondo
es
una
buena
persona
y
una
mejor
amiga.
Su
objetivo
último
es
el
de
encontrar
a
su
príncipe
azul.
La
graciosa
forma
que
tiene
de
convertir
las
relaciones
de
pareja
en
una
verdadera
"ciencia", es su inconfundible rasgo de identidad.
Christine
es
luchadora
y
perseverante.
Todos
sus
esfuerzos
van
dirigidos
a
alcanzar
la
meta
que
se
propuso
cuando
aún
era
una
niña.
Christine
es
la
que
demuestra
que
en
esta
vida
uno
no
puede
planearlo
todo.
Hay
que
adaptarse
a
las
circunstancias
del
momento
y
ser
flexible.
Adora
a
sus
amigas
y
su
opinión
o
consejo
es
lo
más
importante
para
ella.
Me
gusta
su
forma
de
ver
la
vida
y
reflexionar
sobre ciertas cuestiones a las que uno a veces apenas da importancia.
A
pesar
de
que
Ana
,
al
igual
que
Suzanne,
posea
un
carácter
despreocupado,
le
gusta
escuchar
y
siempre
sabe
desempeñar
la
función
adecuada:
en
su
papel
de
hermana
menor
(relegada
a
un
segundo
plano), tía cariñosa, cuñada perfecta, estudiante alocada y de divertida "caperucita roja".
¿Cuál es la mayor virtud y el peor defecto de los protagonistas?
La
mayor
virtud
de
las
cuatro
protagonistas
es
que
incansablemente
demuestran
ser
unas
estupendas
amigas.
Siempre
están
dispuestas
a
ayudarse
y
a
apoyarse
las
unas
a
las
otras
en
los
momentos
más
difíciles.
Es
contagioso
y
admirable
su
deseo
de
sacar
el
mayor
jugo
posible
a
la
vida,
así
como
el
nunca
darse por vencidas y sus inextinguibles ganas de divertirse.
El
defecto
más
grande
que
tienen
es
que
se
muestran
incapaces
de
valorar
por
sí
mismas
todo
lo
bueno
que poseen en sus vidas.
¿Con qué pasaje de tu obra te gustaría que los lectores se emocionaran?
Hay
muchos
pasajes
en
la
novela
que
emocionarán
a
los
lectores.
Sin
embargo,
la
mayoría
no
pueden
ser
mencionados
aquí,
puesto
que
haciéndolo
descubriría
elementos
claves
en
el
desarrollo
y
desenlace
de
la
historia.
Por
este
motivo,
he
elegido
uno
al
comienzo
de
la
novela.
Se
trata
del
momento
en
el
que Sofía se plantea qué habría pasado si nunca hubiera conocido a Robert.
"Dos
minutos
era
el
tiempo
que
el
microondas
necesitaba
para
que
la
leche
del
Cola
Cao
de
Moritz
alcanzara
la
temperatura
perfecta.
Dos
minutos
se
pasan
volando
-la
mayoría
de
las
ocasiones-.
Cuando
uno
está
leyendo
un
libro,
en
la
playa
tomando
el
sol,
o
en
un
café
charlando
con
una
amiga,
el
tiempo
corre
tan
deprisa.
Pero
mientras
el
plato
del
microondas
giraba,
Sofía
recordó
que
dos
minutos,
a veces, son una eternidad. Su percepción sobre aquellos dos minutos le vino de golpe a la mente.
Corría
el
año
2002
y
Sofía
se
encontraba
en
la
cabina
del
cuarto
de
baño
de
la
residencia
esperando
leer
el
resultado
del
test
de
embarazo.
Dos
minutos
era
el
tiempo
necesario
para
conocer
si
aquella
noche con Robert iba a traer consecuencias de por vida.
[...]
El
sonido
de
la
campanilla
del
microondas,
avisándola
de
que
los
dos
minutos
ya
habían
pasado,
la
devolvió
al
tiempo
real.
La
leche
de
Moritz
ya
estaba
caliente,
y
cuando
levantó
su
mirada,
Sofía
descubrió
a
Robert
que
la
estaba
observando
como
si
supiera
exactamente
lo
que
ella
había
estado
recordando durante esos dos minutos".
Asimismo,
me
gustaría
que
mis
lectores
escucharan
la
banda
sonora
que
está
en
mi
página
web
a
medida
que
vayan
leyendo
el
libro.
Ya
que
sí,
mi
libro
no
es
silencioso,
también
tiene
música.
Me
parece
importantísima,
la
música
está
en
todas
partes
¿por
qué
no
en
los
libros?
Todos
tenemos
una
canción
que
nos
recuerda
algo
especial.
Por
este
motivo,
y
al
igual
que
en
las
películas
la
música
es
fundamental,
para
describir
perfectamente
ciertas
escenas
he
seleccionado
una
serie
de
canciones
que
mejor se adapten a esos determinados momentos.
¿Nos puedes adelantar un párrafo de tu novela al que le tengas un especial cariño?
Me
ha
resultado
muy
difícil
decantarme
por
un
párrafo
en
particular,
porque
eso
ha
significado
elegir
a
una
de
las
protagonistas
y
eso
es
complicado;
yo
las
quiero
a
todas
por
igual.
Pero
quizás
el
párrafo
en
el
que
Christine
recuerda
su
experiencia
cuando
buscaba
piso,
es
con
el
que
yo
me
he
reído
una
y
otra
vez mientras estaba escribiendo la novela.
"Nunca
creyó
que
el
infierno
sufrido
para
encontrar
un
apartamento
en
Nueva
York
pudiera
volver
a
repetirse.[...]
Incluso
transcurridos
más
de
diez
años,
a
Christine
aún
le
entraban
sudores
fríos
cuando
recordaba la odisea vivida en aquella jungla.
Si
bien
es
cierto
que
en
Berlín
no
había
vivido
en
apartamentos
donde
de
pronto
la
policía
irrumpía
de
madrugada
y
efectuaba
una
redada
porque
en
el
edificio
estaba
ubicado
un
piso
franco
en
el
que
se
llevaban
a
cabo
toda
serie
de
actividades
delictivas
e
ilegales
como
el
narcotráfico
y
la
prostitución
de
alto
nivel.
Y
en
donde,
igualmente,
la
obligaban
a
desalojar
su
apartamento
en
pijama,
para
ser
finalmente
entrevistada
por
periodistas
incluso
logrando
aparecer
en
las
televisadas
Breaking
news
de
las 08:00 de la mañana del día siguiente.
Tampoco
había
vivido
en
Berlín
en
un
antiguo
garaje
habilitado
para
sacar
a
becarios
un
dineral
a
cambio
de
ofrecer
una
especie
de
zulo,
con
peligro
de
inundación,
y
donde
después
de
una
semana
inhalando
gases
de
los
tubos
de
escape
de
los
coches
que
allí
aparcaban,
uno
empezaba
a
sufrir
alucinaciones.
[...]
De
la
misma
manera,
en
Berlín,
ningún
agente
inmobiliario
había
intentado
abusar
de ella cuando le mostraba pisos en barrios de dudosa seguridad.
Pero
lo
que
sí
le
habían
enseñado
en
Berlín,
había
sido
un
piso
donde
no
cabía
la
menor
duda
de
que
allí
había
habido
"fiesta".
La
cama
estaba
deshecha
y
las
sábanas
sucias.
En
la
mesita
de
noche
había
un
cenicero
lleno
de
colillas.
Christine
no
era
el
teniente
Colombo,
pero
aquellas
copas
de
vino
a
medio
terminar
y
los
boles
con
resto
de
patatas
fritas
esparcidos
allá
donde
miraras
indicaban
claramente
que
allí una pareja se lo había montado recientemente.
Sin
embargo,
no
era
esa
imagen
lo
que
más
chocó
a
Christine
-a
quien
ya
poco
le
podía
sorprender-,
sino
el
hecho
de
que
a
la
propietaria
parecía
no
darle
vergüenza
mostrar
así
una
casa
y
pedir
por
ella
un
potosí.
"¿Dónde
está
la
cámara
oculta?",
pensaba
Christine.
Pero
se
daba
cuenta
de
que
no
era
broma,
que
realmente
hay
gente
que
vive
así.
Nunca
se
sabe
lo
que
se
esconde
detrás
de
una
buena
fachada, admitía Christine".
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